Estamos preparando la nochevieja. Y no es tan sencillo como puede parecer, porque quiero impresionaros, para qué voy a mentir. No muchas veces una donostiarra puede recibir el nuevo año en California. Y claro, desde allí tenéis que sentirlo como una celebración a lo grande, como todo por aquí, nada de medias tintas. En esas hemos estado todo el día de hoy, desde que he quedado con unos amigos alemanes a las 11 de la mañana, hasta altas horas de la noche (es verdad que en medio ha habido risas y demás).
Sabemos que tenemos que ir a San Francisco, porque pasar la víspera de Año Nuevo en Palo alto es lo más cercano al coma que se me ocurre. Pero ir a la gran ciudad también tiene sus inconvenientes: gente, gente y más gente. Porque, aunque todo el mundo por aquí cree que soy muy joven, a una le van pasando los años y las grandes aglomeraciones me dan cada vez más pereza. Eso, unido a las dificultades que ya os comenté que tienen los lugareños para compartir acera sin chocarse, hacen qque la perspectiva sea cuanto menos difícil. Al menos hemos descubierto que van a poner cinco trenes de más esa noche, para volver de San Francisco a las otras ciudades de la Bahía. Dicen que se trata de una apuesta para que los "juerguistas" (sí, así nos llaman) utilicen el transporte público y, al menos una vez al año, dejen el coche en casa. El último tren sale a las 2.15am. Efectivamente. ¡Fiesta!! Pero es que, por si no lo sabéis, en California la ley prohibe vender alcohol a partir de las dos de la mañana, incluso en los bares. Así que la fiesta suele darse por finiquitada sobre esa hora, a no ser que quieras estar dándolo todo en la pista con un moca-latte, que oye, bien mirado, también tiene su punto.
Esa noche seremos unas veinte personas en busca de algo digno con lo que celebrar el año nuevo lejos de nuestra gente: vascos, alemanes, asiáticos de distintos países, dos Drag Queens de la zona... Salga lo que salga de todo este potpourri, seguro que será interesante.
Eso será varias horas después de la Nochevieja de (casi) todos vosotros. Así que estaré disponible vía internet y me compraré un arsenal de uvas para poder repetir el ritual en cada una de las conexiones. Y estoy pensando: ¿vale igual el vino blanco? Porque también son uvas, sólo que machacadas...
Anyway, os diré cómo termina todo esto y si, al final, sale algo curioso, que es lo más probable. He pasado este día en distintos lugares a lo largo de mi vida, pero nunca tan lejos y con semejante diferencia horaria. Teniendo en cuenta que a las tres de la tarde tengo mi primera conexión con familia y amigos para festejar, y que me juntaré para cenar no más tarde de las seis con el variado grupo de 'juerguistas' de Palo Alto, la entrada en el 2013 promete ser, como poco, muy pero que muy larga.
Happy New Year to all of you!!!
O, lo que es lo mismo,
¡Feliz Año Nuevo!!!
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