Hoy es el Día Internacional de los Derechos Humanos. Poco puede decirse al respecto sin querer echar sapos y culebras por la boca. No lo estamos haciendo bien, estamos alejándonos cada vez más de lo fundamental. Nos vendan los ojos y suben el volumen de los televisores para que no podamos escuchar. La Declaración Universal de los Derechos Humanos, firmada el 10 de diciembre de 1948, reconoce "los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana". Los artículos de la declaración hablan de derechos tan fundamentales que da vergüenza tener que recordarlos año tras año. Pero estando las cosas como están, parece imprescindible que nos los grabemos a fuego sobre la piel. Podéis leerlos aquí.
Por mi parte, sólo el respeto por lo que significa la celebración de este día, y la repulsa a cualquier manifestación que atente contra los derechos humanos. Uno que sabe mucho de estos temas, y que tiene la habilidad de poner siempre el dedo en la llaga, es El Roto. Creo que él, mucho mejor que yo, con una de sus fantásticas y demoledoras viñetas, puede firmar la entrada de hoy. Que nunca nos quiten la esperanza.
Muchas gracias por recordarlo Ane. Los he vuelto a leer y parece mentira que hoy en día todavía no se cumplan en muchos sitios. Su reivindicación sigue en vigor en cada uno de los cuatro puntos cardinales.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, merece la pena releerlos de vez en cuando para saber todo lo que no están negando. Falta tanto por hacer... Un abrazo fuerte!
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