Hoy empieza en Palo Alto la decimoquinta edición del Festival Internacional de Cine Documental UNAFF, que este año tiene como tema la dignidad humana. El festival se celebró por primera vez para celebrar el 50 aniversario de la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y aquí sigue tanto tiempo después, con el mismo espíritu.

De entre los 600 proyectos presentados, el jurado ha seleccionado la friolera de 70 películas que entrarán en competición. También habrá paneles de discusión entre expertos y un espacio habilitado para que el público y los cineastas puedan compartir impresiones. Diez días que prometen ser de lo más intensos, la verdad, porque ya sabemos los que gustamos de este tipo de festivales que las películas proyectadas suelen ser duras, a veces difíciles de digerir. Pero, sin duda, merecerá la pena.
Aunque por sus siglas pueda parecerlo, el UNAFF no es un festival promovido o financiado por las Naciones Unidas, sino el de una asociación simpatizante con los valores que promueve la institución. Es un matiz relevante, puesto que el objetivo de su directora, Jasmina Bojic -crítica de cine y profesora en la Universidad de Stanford-, es mantenerse al margen de la financiación institucional para poder salvaguardar siempre su independencia a la hora de seleccionar los proyectos. Eso sí, el comité honorario del festival lo conforman personas de la talla de Danny Glover, Alec Baldwin, , Peter Coyote o Susan Sarandon, entre otros.
La fuente principal de financiación del UNAFF son las entradas para las películas (10 dólares, excepto para estudiantes y jubilados, que pueden entrar gratis), y los numerosos comercios de la zona les regalan productos para las distintas recepciones o presentaciones. El personal de organización es muy reducido, y se valen principalmente de voluntariado. Y ahí es donde intervengo yo, porque voy a ser voluntaria del festival durante varios días. Es una buena manera de ver cómo funciona un evento de este tipo en Estados Unidos, y sólo por aportar algunas horas de mi tiempo puedo acceder a todos los pases. Voy a recibir al público, vender entradas, llevar café, ofrecer información, promocionar... en fin, nada que no haya hecho en otros festivales, pero lo de hacerlo en inglés y en una ciudad en la que soy muy nueva me da un poco de respeto, para qué os voy a engañar.
Ahora mismo me marcho al acto de inauguración, en el que el alcalde de Palo Alto pronunciará unas palabritas. Por cierto, que nunca os he comentado que nuestro alcalde es muy pero que muy joven (¡nacido en 1978!) y de origen chino (sus padres vinieron de Taiwan). Se llama Yiaway Yeh (que es un apellido muy útil para llamarle de lejos: "Yeh!!"), y tengo ganas de verlo en persona y escuchar lo que tiene que decirnos, Eso sí, por muy JASP que sea Yiaway, y por mucho que fomente los derechos humanos, nunca podrá competir con el recuerdo de los foulares de Odon o la moto de Txapela, los únicos alcaldes que llevo en mi corazón.
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