Una de las grandes ventajas de mi condición de 'spouse/partner' en Stanford es que tengo acceso a montones actividades. Una de ellas son las clases de yoga. Dos horas por la mañana son la mejor receta para empezar el día con buen humor. Y si son gratis, pues mejor que mejor.
![]() |
Asanas (Fuente: atulperx.com) |
La semana pasada acudí a la primera clase, después de pasar varios días buscando una esterilla por menos de 30 dólares. En el Forever XXI de San Francisco me esperaba mi preciosa esterilla fucsia de $12,80, y no me lo pensé dos veces. Imposible encontrar algo de precio similar en Palo Alto, donde la gente va a hacer yoga igual de preparada que si tuviera un bautizo. Entré en una sala con unas veinte personas. Todas menos una eran orientales, incluyendo a la profesora. Y eso impresiona, todo hay que decirlo. El problema vino al desenrollar la esterilla... ¡Ese olor! A plástico puro, con una intensidad que podía a tumbar a cualquiera que se acercara a los edificios anexos. El hombre que tenía a mi lado -japonés, de más de 70 años y que va a clase con su mujer- tuvo que salir a la media hora y no volvió hasta el final. Todo indica que fue por mi culpa. Así que, amiguitos, seguid mi consejo y oled antes de comprar, al menos en lo que a esterillas de yoga se refiere. Al principio, entre el mareo y la dificultad para entender a la profesora -que pronuncia la 'r' como una 'l' y por tanto cuando nos decía que nos moviéramos a la derecha yo pensaba que tenía que ir hacia la luz, como en Poltergeist. "Go light, go light"-, mis asanas (posturas) parecían una triste imitación de Fernando Arrabal hablando de milenarismo. Pero poco a poco fui encontrando mi centro y la experiencia fue mágica.
Empece a practicar yoga hace aproximadamente doce años, cuando llegué a Barcelona, aunque en este tiempo lo he dejado y retomado unas cuantas veces. Puede que con la imagen que tengo de llevar una vida disoluta, dedicada al vino, al tabaco y al descontrol, a más de uno le choque esta faceta zen. Efectivamente, soy la primera que se ríe de todo lo que rodea a esta ciencia en Occidente: la tontería, el esnobismo, la ignorancia. Así que no es mi intención vender ninguna moto desde lo alto de un púlpito. Sólo quiero compartir mi experiencia y recomendaros algo que hace mi vida un poquito mejor.
![]() |
Saludo al sol (Fuente: Diarioyoga.wordpress.com) |
El yoga nació hace unos 5.000 años en la India, así que imaginaos lo viejuno que es. Aunque al prrincipio era un sistema único, con el tiempo se dividió en diferentes ramas, y por eso oímos tantos nombres diferentes: Hatha Yoga, Ashtanga Yoga, Kundailini Yoga, etc. ¿Y en qué consiste? Pues simplemente, en una sucesión de posturas. Pero lo aparentemente más sencillo puede ser en realidad lo más complicado. Mantener una asana durante un tiempo determinado exige concentración, focalización, control de la respiración y equilibrio. Y para conseguir que todo ello funcione al mismo tiempo es imprescindible estar PRESENTE. Para mí, es el principal beneficio del yoga.
Cada día hacemos y deshacemos tantas cosas que nuestro cerebro no tiene tiempo de parase. Pensar en lo que vamos a hacer más tarde nos provoca ansiedad, y recordar el pasado puede llevarnos a la nostalgia. Yo soy una persona muy inquieta, que raramente se detiene y respira. Y aunque a veces lo olvidemos, respirar bien es tan importante... Yo sólo lo consigo haciendo yoga. Y por supuesto, no siempre. A veces mi mente viaja a otros lugares y otros momentos, y entonces pierdo el equilibrio. Pero cuando consigo mantener la concentración experimento un estado de instrospección difícil de describir con palabras. Salgo de la clase sintiéndome ligera, casi como si flotara, y con una mayor consciencia de mi misma, de mi cuerpo, de mi respiración. Feliz.
¿Pero la que escribe es Ladelponcho o Paulo Coelho? No os preocupéis, que nadie salga corriendo, sigo siendo yo, la misma rock'n'roll girl que cierra todos los bares. Es sólo que estoy presente.
¡Eclecticismo, amigos!
Namasté.
Sigue escribiendo así.Estoy deseando que llegue mañana para ver qué novedad tenemos!
ResponderEliminar