Me encanta pasear por San Francisco. Cada vez me gusta más. Y me estoy enamorando especialmente de la zona de North Beach, con la brisa del mar, Little Italy, la tranquilidad del día contrastando con todos los carteles luminosos de Lombard Street al caer la noche, los clubs de 'estriptís' en Broadway... También me gusta Mission, por supuesto, y Castro tiene algo especial, aunque siento que se me queda corto.
Por todo lo que he pateado hasta ahora (y tened en cuenta que vivo en la Bahía, pero no en la ciudad, así que no soy una experta en San Francisco en absoluto), en mi fantasía de venir a vivir a la capital, este sería el barrio en el que me gustaría instalarme. Con sus cabarets, sus clubs de jazz, sus galerías de arte y heladerías italianas.
Lo malo de estos lugares es que siempre hay algún local que te da al ojo pero no es lo que pensabas. Suelo ser especialmente hábil para encontrar los sitios más auténticos, pero San Francisco tiene algo que me engaña: hay locales de toda la vida regentados ahora por tipos estupendos que te perdonan la vida cuando entras. Ese bohemio soñador que te cobra siete dólares por un vinacho en un vaso de hostería (y que conste que adoro las buenas hosterías). Siempre digo que hay que desconfiar de la naturalidad de los camareos con sombrero, con ese aire retro que por aquí tanto gusta. Porque cuando en Little Italy, por ejemplo, aquellos señores tan fantásticos llevaban su sombrero a todas partes, se lo quitaban al entrar en los establecimientos. Y más si iban a trabajar. Que no me digan que es cómodo. Tienes que estar temblando cada vez que te agachas por si se te cae encima del plato de lasagna.
Sé que lo digo muchas veces, pero por favor, qué poco soporto la tontería. Conmigo, desde luego, lo tienen claro. Vendré, porque los locales siguen teniendo mucho encanto y la música que ponen me hace feliz (ahora mismo Ella & Louis Again). Pero no tips, my friends. No, al menos, hasta que me pongan el Sangiovese en la copa que se merece.
Mañana me voy a Hight Ashbury, zona principal del movimiento Beatnik y más tarde conocida por el Summer of Love de los hippies, con Grateful Dead o Janis Joplin a la cabeza. Estoy MUY ilusionada. Pero eso os lo contaré mañana...
(Nota: siento la brevedad del post, pero sigo con problemas de conexión y escribir algo más extenso se hace realmente difícil. Es martes y 13; cruzad los dedos por que mañana se haya arreglado y pueda escribir tal y como os merecéis.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario